En la región del Urabá, las mujeres enfrentan los mayores niveles de pobreza, pues sufren de una triple pobreza: de voz, de recursos y de oportunidades. De allí la importancia de los procesos de educación (talleres y formaciones) en derechos humanos que promueven la reflexión crítica colectiva, la movilización y la organización de las mujeres para un ejercicio activo de sus derechos.